La casa Manifiesto representa el concepto Infiniski por James & Mau: el diseño bioclimático, reciclados, materiales reutilizados, sistemas constructivos no contaminantes, la integración de las energías renovables. El proyecto se basa en un diseño prefabricado y modular que permite un método barato y más rápido constructiva. También da una mayor flexibilidad a la casa con posibles futuras modificaciones o ampliaciones con el fin de adaptarse fácilmente a las cambiantes necesidades del cliente.
En el alto de una colina como si de un castillo se tratara, ubicada estratégicamente dominando un paisaje único. Desvaneciéndose sobre el paisaje a través de un gran espacio acristalado como quien está bajo un gran puente en la mitad de la nada… da una especial magia y calidez a este lugar donde ver el amanecer o el atardecer puede ser toda una experiencia lúdica
La Estructura consta de tres contenedores marítimos reutilizados. Un contenedor dividido en dos partes sirve como soporte estructural de los dos contenedores de la planta primera. Esta estructura con forma de pórtico crea un espacio “inter-contenedores” que regala una superficie extra. La forma de la casa responde a un diseño bioclimático que se adapta según la incidencia de los elementos climáticos del lugar. Se acristala en las fachadas opuestas de manera que reciban sol durante todo el día y permite una máxima ventilación.
La casa “se viste y se desviste” en verano y en invierno mediante una piel solar transventilada tanto en fachadas como en cubiertas, posee de cámara de aire de separación entre piel y fachada/ cubierta de contenedor. Tiene dos tipos de piel en la fachada: una a base de lamas de madera horizontales fijas y otra de pallets móviles que se pueden abrir de manera individual para controlar la radiación solar. La piel de la cubierta es una ligera malla de quitaipón según la estación del año. La piel sirve además como acabado estético que se integra en su entorno rural.
Las pérgolas, permiten controlar la entrada del sol directo a través de los ventanales. En el invierno se levantan al máximo para permitir la entrada del sol más tendido y generar un efecto invernadero en el interior. En verano se bajan más o menos dependiendo de la hora del día y de la temperatura exterior para un efecto de ventilación natural. El Cerramiento interior está conformado por aislamiento de celulosa reciclada proyectada sobre el interior de la chapa del contenedor y acabado con paneles ecológicos de fibra de celulosa y yeso.
Con estos elementos de aislamiento térmico pasivos, y la incorporación de tecnología de energías alternativas (paneles térmico solar) la casa logra una autonomía energética del 70%.
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