Arquitectura modular nómada para rehabilitar los estadios construidos en los juegos olímpicos. Después del 21 de agosto todas las medallas habrán sido repartidas. La emoción se apagará y la multitud se dispersará cuando los Juegos Olímpicos de 2016 lleguen a su fin. Y si tomamos la historia como ejemplo, las instalaciones olímpicas de Río, alguna vez repletas de los mejores atletas y los más apasionados aficionados, podrían quedar inactivas.
Eso ha sucedido en la mayoría de las ciudades anfitrionas. El estadio Nido de Pájaro, en Beijing,requiere 11 millones de dólares al año en gastos de mantenimiento, a pesar de permanecer prácticamente vacío. Las instalaciones donde se celebraron los juegos de Atenas 2004 se han convertido en viejos recordatorios de que se podía haber empleado mejor ese dinero. Pero Río, decidida a dejar un legado más exitoso y sostenible, tiene planes de hacer que algunas de sus instalaciones deportivas sean transformables mediante lo que el alcalde de la ciudad, Eduardo Paes, llama «arquitectura nómada».
Los materiales que se utilizaron para construir la Arena del Futuro de Río, sede de los eventos de balonmano Olímpico y de goalball de los Juegos Paralímpicos, serán reutilizados para construir cuatro escuelas públicas en los barrios cercanos de Jacarepaguá y Barra, y en São Cristóvão, en la costa este. Cada escuela tendrá capacidad para 500 estudiantes
El cercano Estadio Acuático, que también es una instalación olímpica temporal, será desmantelado y vuelto a ensamblar en forma de dos piscinas comunitarias. Esencialmente, Río está empleando el uso de la «arquitectura efímera», un concepto que se está volviendo cada vez más popular en el ámbito urbano
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