Este proyecto es resultado de un encargo entre 1964-1966, fue planteado como zona de vacaciones para acoger a cerca de 1500 habitantes en la playa del Mar Menor en Murcia. Para Alejandro de la Sota, además de la prefabricación, dos fueron los factores fundamentales que han determinado este proyecto gira en torno a dos intenciones: la adecuación al clima y las vistas al mar.
Tanto las viviendas unifamiliares como las torres están realizadas con paneles prefabricados autoportantes de hormigón pretensado con un acabado lavado. La prefabricación es uno de los puntos de partida de este proyecto:
“trasladar una gran masa de personas a un punto determinado hace pensar en prefabricación. El pintoresquismo y el rincón quedan lejos; la belleza es más grande hoy, tiene otras dimensiones y otra escala. Al prefabricar se elimina el albañil, que ahora es un elemento extraño. Las viviendas se hacen iguales, es el propietario quien las matiza. La prefabricación de la empresa Horpresa fue la base para pensar, de sus paneles de utilización múltiple se partirá con el proyecto”..
Este proyecto no llegó a ejecutarse. Únicamente, en 1966, la empresa de prefabricados Horpresa construye un módulo cruciforme formado por cuatro viviendas unifamiliares.
Para Alejandro de la Sota la prefabricación era importante no sólo a nivel estético o de eficacia, sino sobre todo a nivel conceptual.
“La prefabricación supone el abandono del arquitecto-artista-artesano en pro de equipos multidisciplinares integrados fundamentalmente por técnicos”. La prefabricación es el método para construir el prototipo del Mar Menor, y el proyecto nacido del planteamiento de casa se adapta a ese método.»
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